viernes, 22 de julio de 2011
Gabinete ejemplar.
No hay peor enfermedad social que la falta de memoria histórica. Chile la
sufre de modo agudo. El 9 de Julio de 1977 un grupo de 77 jóvenes
Nacionalistas de extrema derecha subió al cerro Chacarillas, al lado del San
Cristóbal en el acto más fascista de todos los tiempos de la historia de
este país. Emulaban a los 77 soldados de La Concepción en la Guerra con el
Perú. Bosques de banderas y antorchas al mas puro estilo del nazismo
Hitleriano iluminaban la noche de invierno. Pinochet en un momento de
Inspiración arrebatadora leyó su famoso discurso. “Mi corazón de viejo
Soldado, decía, revive con profunda emoción el coraje insuperable de Luis
Cruz Martínez…que en plena soledad de la sierra peruana, supieron demostrar
Con la entrega de sus vidas, que nuestra Patria y los valores permanentes
del espíritu están por encima de cualquier sacrificio personal que su
defensa pueda demandar”.
En esos mismos días eran torturados en el “Palacio de la Risa”, así llamada
la Villa Grimaldi, miles de chilenas y chilenos. Se las violaba,
Aterrorizaba, y luego se las iba a tirar al mar, como a Marta Ugarte una de
las primeras que en esos mismos días apareció flotando en las playas de
Longotoma. Mientras los jóvenes subían en medio de antorchas, los gritos de
Horror se escuchaban en los subterráneos del poder entusiasmado. “..Las
limitaciones excepcionales que transitoriamente hemos debido imponer a
ciertos derechos, han contado con el respaldo del pueblo y de la juventud de
la Patria, que han visto en ella el complemento duro pero necesario para
Asegurar nuestra Liberación Nacional”, dijo el General en medio de los
Aplausos de los jóvenes patriotas en medio de la noche de Chacarillas.
“El complemento duro pero necesario” da escalofríos y ganas de vomitar.
Todos y todas quienes allí estaban sabían muy bien a qué se refería el
General. Era explícito.
¿Quiénes subieron a Chacarillas? Ayer fue el cambio de Gabinete. El listado
del Mercurio señala el número 15: Andrés Chadwick, hoy Ministro Vocero de
Gobierno, número 38, Cristián Larroulet, Ministro del triunvirato de La
Moneda, y 39 , Joaquín Lavín, defenestrado Ministro de Educación y
resucitado Ministro de Planificación Nacional. La lista es larga y sería un
ejercicio de “buena memoria” publicarla con letras de molde. El número 47 es
el actual Presidente de la Cámara de Diputados, y el número 20 es el dueño
de la Universidad San Sebastián, emblemático modelo de lo que debe ser la
educación universitaria “con fines de lucro”. El número 17 se reía ayer a
mandíbula batiente en La Moneda, al ver como sus “Chacarillas Boys” se
tomaban finalmente La Moneda, en el asalto al Poder, que esa noche lluviosa
del invierno del 77, los 77 cabalísticamente ( como es propio de los
fascismos corrientes) habían prometido solemnemente, Juan Antonio Coloma, se
llama.
Ninguno de estos “Chacarilla Boys”, han hecho autocrítica alguna, pedido
perdón, han pasado “colados” en medio de las tormentas. “No sabían” es lo
que más mentirosamente han tratado de balbucear. ¿Qué no sabían? Todos los
que vivíamos en Chile lo sabíamos detalladamente. ¿UD Presidente no sabía y
no sabe a quienes está metiendo en La Moneda?.
¿Nadie se acuerda cómo sacaban a miles de personas en las madrugadas de ese
año 77 a una cancha de futbol a las seis de la mañana, congelada, y les
pegaban, los fichaban , los denigraban y dejaban como estropajos? ¿Nadie se
da cuenta que aplastaron un siglo de luchas obreras con el terror? ¿Nadie se
acuerda que el próximo Ministro del Bienestar Social escribió el panfleto
más deleznable de nuestra Historia Literaria, “La Revolución Silenciosa”?
¡¿Porqué no lo vuelven a publicar?
Pero lo peor es la confusión ideológica del momento. Y de los que alguna vez
estuvieron en el lado de los perdedores. Hay quienes han dicho y siguen
diciendo que ya la derecha no es la misma. Que Piñera es una nueva derecha.
Se les fundió la memoria. Hay otros, de la otra banda, que acaban de decir
que en Chile hay “dos derechas”. Con respeto personal, pero andan mas
perdidos que el teniente Bello. Muy triste. Es una campaña la de los
antiguos perseguidos de confundirlo todo. Los errores, desvaríos, silencios,
de un Ricardo Lagos o una Michelle Bachelet, no tienen ni un punto de
comparación con lo que se vivió en esos días y que fue aplaudido por las
actuales autoridades del país.
Escucho desde mi mente deprimida los aplausos en Punta Peuco. En Bucalemu un
difunto se da vueltas de alegría en su tumba. Los fantasmas están presentes,
más que nunca. Gozan de buena salud. Se ríen con su sonrisa regordeta y a
todo color digital, de la Historia de nuestro país. Y no me critiquen a los
cabros que agarran piedras y destrozan el “mobiliario urbano” del Alcalde de
Santiago. Cuando no hay espacio para la Memoria y las razones, solo hay
piedras.
Vergüenza me da. Vergüenza me da de ser chileno.
José Bengoa
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