sábado, 21 de julio de 2012

La planta Ballenera de Isla San Pedro, Chiloé 1909-1913

La Planta Ballenera de Isla San Pedro, Chiloé (1909-1913)

Daniel Quiroz

La caza de ballenas, que se realizó frente a las costas de Chile por más de 200 años, ha desaparecido. La última ballena fue cazada “oficialmente” en 1983. En muchos de los lugares donde hubo actividad ballenera, subsisten los restos de las plantas balleneras o factorías, objetos, máquinas y construcciones que contribuyen a materializan su historia como testigos de épocas de esplendo. También ha quedado una gran cantidad de documentos, impresos e inéditos, fotografías y películas que sirvieron para registrar al menos una parte de estos hechos. Tenemos, además, recuerdos en las personas que se relacionaron, de una u otra manera, con el proceso, tanto en la propia cacería como en el procesamiento de los productos derivados de ella. Son sólo testimonios fragmentarios, dispersos, que pueden, sin embargo, ayudarnos a desentrañar, “reconstruir”, “reparar” ese modo de vida.


Una ballena en la rampa de la planta, preparada para su despiece.

Un pequeño puerto situado en la Isla San Pedro, en Chiloé, es uno de estos lugares donde se desarrolló una actividad ballenera de importancia. La literatura ballenera chilena (Martinic 1973, 2004; Sepúlveda 1997, 2008) entrega algunos detalles sobre sus características, pero la información es bastante genérica y no permite imaginarse su funcionamiento y conocer un poco más a las personas que estuvieron involucradas en ella.



El velero Vesterlide y el vapor cazados Ravn, fondeados en el puerto San Pedro, Chiloé.
Un viaje realizado el 2009 a Sandefjord, Noruega, me permitió “descubrir” un libro con valiosa información textual y visual sobre esta operación ballenera. Se trata del libro escrito por Bjarne Aagaard titulado Fangst og Forskning i Sydishavet, publicado en 1930 en dos volúmenes por Gyldendal Norsk Forlag, en Oslo, Noruega. En el Tomo I, en el capítulo donde se describe la expedición realizada entre 1908 y 1909 a los mares antárticos por la barca Vesterlide (Aagaard 1930, I: 333-370) aparece abundante información sobre la operación de la planta ballenera de la Isla San Pedro y un conjunto muy interesante de seis fotografías alusivas tanto a la planta, como a los buques y el personal que participó en las actividades balleneras. Para construir este relato hemos usado complementariamente la información proporcionada por Sigurd Risting en su Av hvalfangstens historie, publicada por en 1922 por J.W. Cappelens Forlag, en Oslo, Noruega.

El mismo autor señala que “la mayor parte de lo que se sabe acerca de esta expedición la he encontrado en el diario del "Vesterlide". Sin embargo August F. Christensen me entregó también varias opiniones, y Soren L. Christensen, de Sandefjord y Alf Roed, de Oslo, me han proporcionado el material fotográfico sobre el viaje” (Aagaard 1930, I: 334).

Chr. Christensen, uno de los principales armadores y balleneros noruegos del siglo XX, tenía mucho interés en desarrollar la cacería desde estaciones terrestres en las costas sudamericanas. Con ese objetivo formó una pequeña flotilla exploradora, compuesta por la barca Vesterlide, transformada en los astilleros de Framnaes (Sandefjord, Noruega) en buque factoría, y los buques cazadores a vapor Svip y Ravn, que zarparon el 4 de abril de 1908 de Sandefjord, con el objetivo de “examinar las condiciones de captura de las ballenas al sur de Punta Arenas” (Risting 1922: 559). A bordo del Ravn iba su hijo August F. Christensen, que debía encontrar un lugar adecuado para instalar una estación ballenera en la zona (Aagaard op.cit.: 333-334). La flotilla llegó a las costas sudamericanas orientales a comienzos del mes de junio de 1908 (Aagard 1930, I.: 334). Luego de recorrer toda la costa patagónica, entre Río Gallegos y Bahía Blanca, se dirige a las Islas Malvinas el 25 de agosto de 1908 donde permanece cazando ballenas durante unos meses. En el mes de noviembre de ese año se trasladan a Isla Decepción, en las Shetlands del Sur, donde continúan cazando ballenas. Terminada la temporada de cacería antártica, la flotilla se dirige hacia el estrecho de Magallanes, cruzándolo durante el mes de abril de 1909 y llegando a la zona del golfo del Corcovado el 30 de ese mismo mes (Aagaard 1930, I: 342- 361).


Una vista general de la planta ballenera Normandía, Isla San Pedro, Chiloé.
En la isla San Pedro, ubicada al sur y al oriente del archipiélago de Chiloé, se reunieron a fines de mayo de 1909 los hermanos August F. y Søren L. Christensen[1] para planificar el futuro de la naciente empresa. Luego de una serie de conversaciones a bordo del Vesterlide, donde participaron, además de los hermanos, los capitanes y arponeros de los buques que formaban la flotilla “se decide construir una planta terrestre de San Pedro, nombrada Nordmandia”, trabajos que comenzaron de inmediato pues “parte de la tripulación de los buques fue enviada a tierra para talar el bosque y limpiar el terreno donde se instalaría” (Aagaard 1930, I: 364-365).

Los hermanos Christensen deciden registrar la sociedad en el puerto de Ancud con el nombre de "AS Pacific" y como subsidiaria de la empresa principal en Noruega, AS Nor (Sepúlveda 2008). La Empresa obtuvo de la autoridad marítima licencia para desarrollar sus actividades a lo largo del litoral del Pacífico Sur, inscribiendo los vapores Ravn y Svip en los registros de la Marina Mercante en 1909 obteniendo sus patentes de navegación en el mes de noviembre de ese mismo año.

Bajo la gestión de Aug. F. Christensen se construyeron, en total, trece edificios (Aagaard, op.cit.: 369). Había madera suficiente en el lugar
pero la mayor parte de lo necesario se trajo en el buque factoría flotante Aguila, capitaneado por Thoralf Moe. Se instaló en San Pedro un estanque de hierro de gran tamaño, que se obtuvo en Framnæs y podía contener hasta 5.000 barriles. De los restos de un vapor de la Kosmos[2] alemana se adquirieron en Lebu, Chile, dos calderas que se conectaron y “fueron remolcadas por un ballenero a San Pedro Sur para servir como caldera para la planta” (Aagaard op.cit.: 369).



La casa del administrador de la planta August F. Christensen.

La primera temporada de caza, que contó con la participación de los cazadores Ravn y Svip y el buque factoría Vesterlide, se extendió entre el 22 de mayo y el 14 de octubre de 1909 (Risting 1922: 559). Se capturaron 37 ballenas, entre ellas “treinta y dos ballenas azules, cuatro ballenas de aleta y una jorobada, que en total dieron 1,327 barriles de aceite” (Aagaard 1930, I: 367; cf. Risting 1922: 559). El resultado no fue muy satisfactorio pero los balleneros piensan que la razón es que “habían comenzado demasiado tarde, y tendrían más suerte en sus próximo años (Aagaard 1930, I: 368).

El jueves 14 de octubre, “a las 5 de la tarde, se fueron los balleneros a las Islas Malvinas y se llevaron a los oficiales y tripulación del Vesterlide", quedando a cargo del velero J.C. Andreasen, oficial del Ravn, y Soren Sorensen (Aagard op.cit.: 368).

A fines del mes de noviembre se reúnen nuevamente los hermanos Christensen en San Pedro. Søren había viajado especialmente desde Corral a bordo del Maule[3], acompañando en su temporada de caza a los vapores Germania y Noruega de la Sociedad Ballenera Christensen y Cía. (Aagaard op.cit.: 368). El 17 de noviembre había estado en San Pedro el Germania, que “no había visto ballenas en el tramo de Corral hasta Melinka” y el 6 de diciembre llega el Noruega con una ballena azul “que había sido cazada en la isla Guafo”. Los hombres cargan en el Maule 807 barriles de aceite y descargan 825 barriles vacíos para la siguiente temporada. A las 4 de la tarde del 6 de diciembre de 1909 zarpa el Maule con los 807 barriles de aceite producido en la temporada 1909 por la flotilla de balleneros en San Pedro y remolcando la ballena azul cazada por el Noruega (Aagaard op.cit.: 368).

Para la temporada 1910 la empresa “había comprado un buque-factoría flotante y de transporte a vapor, bastante grande llamado Aquila” (Risting 1922: 561], que se agregó al Vesterlide, usado ahora como buque-pontón y a los cazadores Svip y Ravn (Aagaard op.cit.: 370). Esta fue la temporada más productiva de la A/S Pacific y el Svip, con su arponero I. Samuelson, de Noterrø, obtuvo más de cien ballenas azules en el Golfo de Corcovado y en los estrechos entre las Islas Guayatecas[4], donde había aguas bastante tranquilas (Aagaard op.cit.: 369).

En la temporada 1911 se les agregó a la flota el pequeño y antiguo ballenero Skjoldo, con Mathias Sølberg como arponero (Aagaard op.cit.: 370), que había acompañado al Svip y al Ravn en la temporada antártica 1909-1910. El Skjoldo fue ocupado para cazar ballenas “únicamente en los canales patagónicos(Aagaard op.cit.: 370). Se capturaron alrededor de 200 ballenas (principalmente azules) que produjeron 9,800 barriles de aceite (Risting op.cit.: 562).

En la temporada 1912 se les unió el recientemente construido Don Louis (Risting 1922: 563; Aagaard op.cit.: 370), gemelo del Fyr, que había sido adquirido para la Sociedad Ballenera Christensen y Cía., de Valdivia. El Svip capturó 38 ballenas azules, una de aleta, cinco jorobadas y dos cachalotes, el Ravn 30 azules, 2 de aleta, siete jorobadas y un cachalote y el Don Louis 16 azules, una de aleta y siete jorobadas, con un total de 110 ballenas que produjeron 5,506 barriles de aceite (Risting op.cit.: 563).

Como los resultados de las capturas no fueron todo lo bueno que se esperaba, “la compañía tuvo que vender un ballenero [el Don Louis] y el buque-factoría flotante Aquila
a la empresa A/S Thule (H. Fredriksen), Oslo, Noruega, y por lo tanto “reducir su negocio, concentrándolo solo en el funcionamiento de la estación terrestre” de San Pedro (Risting op.cit.: 563).
En la temporada 1913, la última en Chiloé, se produjeron 3,200 barriles de aceite (Risting op.cit.: 564). No sabemos cuántas ballenas se cazaron, pero en un periódico chilote se señala que “la sociedad ballenera ha logrado pescar en estos últimos días cuatro valiosos cetáceos que han sido transportados al puerto de San Pedro donde serán beneficiados”. El periódico agrega: “felicitamos al Señor Christensen a cuya actividad incansable se deben los buenos resultados que viene dando esta empresa ballenera”[5].

Sin embargo, a fines de mayo de 1913 August F. Christensen abandona San Pedro para dirigirse a Noruega. En un breve comentario, realizado el 10 de junio de 1913, mientras pasa unos días en Santiago de Chile antes de abandonar el país, le “augura
un oscuro porvenir a esta industria”[6]. La planta fue vendida a A. Kallevig, de Arendal, Noruega (Risting op.cit.: 564). Los buques restantes también fueron vendidos: el Ravn a la empresa ballenera A/S Normanna (Haldor Virik), Oslo, Noruega, el Svip y el Corcovado, ex Skjoldo a la Bethlehem Chile Iron Mines Corporation, Valparaíso, Chile[7], que los usará como remolcadores (Aagaard op.cit.: 370).


Los hermanos Soren L. y August F. Christensen en la cubierta del Vesterlide.


Posteriormente la Sociedad Ballenera de Corral compra en 1917 “la estación abandonada de San Pedro, en la isla de Chiloé”. La estación de la A/S Pacific “se desarmó y se envió a Corral en el antiguo velero Vesterlide, que llegó con la venta” (Risting op.cit.: 568).


Th. Moe, capitán del Vesterlide, A. F. Christensen, administrador, y dos trabajadores no identificados, afuera de las oficinas de la planta.


Los rastros de la presencia de los balleneros noruegos en la memoria de los actuales habitante de Chiloé es, lógicamente, muy difusa y su profundidad temporal ha intervenido en su construcción:

Bernardino Bórquez Low, 86 años, se toma las manos y entorna los ojos. Mmmm…la primera ballenería que hubo aquí fue en San Pedro, que es la isla que se… ¿usted se ubica donde queda San Pedro?... es la isla alta que se ve de aquí, ahí estuvo, ahí, eran noruegos, porque según decía mi mamá los noruegos llegaban a la casa de mi abuelo que vivía en Coldita, ahí iban porque él era el único viejito mestizo que había (el resto naturales) y los gringos siempre tratan de buscar quien es un poquito mestizo, así que ahí iban los noruegos, los tripulantes, y después cuando les fracasó por acá, se fueron a Guafo y en Guafo, claro, tienen que haber estado mucho tiempo, yo me acuerdo que en ese tiempo yo era chico, pero en San Pedro,…, bueno hace 85 años, … yo no tenía un año, y esa gente se fue po', no sé, habrán vendido o habrán dejado, después, se fueron a Guafo a Caleta… ¿cómo se llama? Ah me olvidé, no estoy muy bueno de la memoria…La mamá le contaba que los noruegos iban siempre a la casa de su padre, Don Norberto Low Garay, en la isla Coldita, a orillas del estero de Tucuetí, a comerse unos asados, porque vivían ahí cerca, en la isla San Pedro[8]. A pesar de la fragilidad de la memoria emergen datos que permiten entender mejor la corta presencia noruega cazando ballenas en Chiloé.


[1] S. L. Christensen, hermano mayor de August, era uno de los socios gestores de la Sociedad Ballenera Christensen y Cia., una sociedad en comandita por acciones cuyo objetivo es “la caza de ballenas i otras industrias relacionadas con ella” (SBChr 1911: 3). El capital social de la empresa es de “quinientas mil coronas moneda noruega dividida en cuatrocientas acciones de un mil doscientos cincuenta coronas cada una, pagadas en la totalidad de su valor” (SBChr 1911: 4). La sociedad estaba supervisada por una Junta de Vigilancia, cuyos cinco miembros durante el primer año eran Lars Christensen (hermano de August y Søren), Ole Wegger, Olaf Söethern, Sören L. Christensen y Karl A. Kromke, quiénes deberán elegir un presidente. La administración de la sociedad “estará a cargo del socio jestor, señor Lars Christensen i en caso de un impedimento la tomará a su cargo el socio jestor señor Sören L. Christensen” (SBChr 1911:7)[2] La Compañía Alemana de Vapores Kosmos  (Deutsche Dampfschifffahrts-Gesellschaft Kosmos - DDG Kosmos) fue fundada en Hamburgo el 28 de Noviembre de 1872 por Knöhr & Burchard y H.H. Eggers, con la finalidad de explotar una línea de navegación a la costa oeste de Sudamérica.[3] El Maule, perteneciente a la Compañía Sudamericana de Vapores, lo había arrendado la “Sociedad Ballenera de Valdivia[…] por un buen espacio de tiempo […para usarlo] como remolcador de ballenas, en fin de dar nuevo impulso a la pesca del cetáceo en los mares de esta zona […] El Maule se estrenará con un viaje al archipiélago de Chonos, […] al mando del viejo y experimentado capitán don Carlos H. Howard” Chile Austral (Punta Arenas), 9 de octubre de 1909.[4] [4] Islas Guaitecas[5] La Cruz del Sur (Ancud), 26 de febrero de 1913.[6] La Cruz del Sur (Ancud), 11 de junio de 1913.[7] La Bethlehem Chile Iron Mines Corporation, Valparaíso, Chile, era una subsidiaria de Bethlehem Steel Corporation, Pennsylvania, Estados Unidos, que tuvo a su cargo, desde 1913, la explotación de la mina de hierro El Tofo, ubicado en la IV Región de Coquimbo.[8] Transcripción y extracto de una conversación de Bernardino Bórquez con Paula de la Fuente, realizada el 25 de noviembre del 2008 en su casa en Quellón, Chiloé.

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