Cuando un perro aprende a robar huevos, no lo deja jamas
El Electorado nacional tiene serias dudas sobre Sebastián Piñera pues no sabe si ha presentado un Curriculum o un Prontuario, y también cuestionan su condición comercial: ¿pirata, bucanero o corsario?
LA HISTÓRICA Y CARIBEÑA Isla Tortuga se encuentra en franca declinación. Ni siquiera llegan turistas gringos a visitarla, pues hoy el centro de la piratería se sitúa en lugares tan distantes entre sí que resulta casi imposible señalar con exactitud cuál de ellos es el corazón de la acción de corsarios, piratas y bucaneros. Chile, gracias a la decidida acción de personajes como los hermanos Piñera Echenique, es también uno de esos lugares.
No ha sido fácil para Pepe y Sebastián acceder a tan honorífico peldaño. Hubieron de luchar contra la incredulidad de la gente, de los soldados dictatoriales e incluso enfrentaron la desconfianza de sus pares banqueros y financistas, pero salieron adelante y hoy pueden mostrarse ante los ojos de su país como “verdaderos demócratas, honestos hombres públicos e inteligentísimos ciudadanos”. Al menos, eso aseguran sus seguidores.
Por cierto, a estas alturas del desarrollo de la Humanidad es extremadamente difícil hallar una persona –hembra o varón- que ofrezca blancura total en su currículo para ser nominada a un cargo público de excelencia, como es la Primera Magistratura. Pero, de todos modos, se hace exigible a cualquier candidato poseer, política y socialmente, más virtudes que defectos, más aciertos que entuertos. ¿Cómo está situado Sebastián Piñera ante esa exigencia mínima?
Los últimos meses no han sido dulces para el postulante derechista…y los últimos años tampoco. No cabe duda que la “memoria” es asunto que al abanderado de la Alianza le debe saber muy mal, y me refiero no a su memoria, sino a la de otros, la de aquellos que se atreven a desempolvarla y sacar a relucir antiguos –pero significativos- trapitos malolientes empapados de humedad e inquina.
Una vieja y nunca desmentida historia explicaría por qué gran parte del empresariado nacional no confía plenamente en el actual candidato derechista. Soy conciente de no aportar nada nuevo con las siguientes líneas referidas al “caso Claro”, ya que ha sido publicado y republicado decenas de veces en los últimos diez años, pero me parece que de todas maneras resulta ilustrativo de la conducta “social y empresarial pública” de don Sebas.
LA HISTÓRICA Y CARIBEÑA Isla Tortuga se encuentra en franca declinación. Ni siquiera llegan turistas gringos a visitarla, pues hoy el centro de la piratería se sitúa en lugares tan distantes entre sí que resulta casi imposible señalar con exactitud cuál de ellos es el corazón de la acción de corsarios, piratas y bucaneros. Chile, gracias a la decidida acción de personajes como los hermanos Piñera Echenique, es también uno de esos lugares.
No ha sido fácil para Pepe y Sebastián acceder a tan honorífico peldaño. Hubieron de luchar contra la incredulidad de la gente, de los soldados dictatoriales e incluso enfrentaron la desconfianza de sus pares banqueros y financistas, pero salieron adelante y hoy pueden mostrarse ante los ojos de su país como “verdaderos demócratas, honestos hombres públicos e inteligentísimos ciudadanos”. Al menos, eso aseguran sus seguidores.
Por cierto, a estas alturas del desarrollo de la Humanidad es extremadamente difícil hallar una persona –hembra o varón- que ofrezca blancura total en su currículo para ser nominada a un cargo público de excelencia, como es la Primera Magistratura. Pero, de todos modos, se hace exigible a cualquier candidato poseer, política y socialmente, más virtudes que defectos, más aciertos que entuertos. ¿Cómo está situado Sebastián Piñera ante esa exigencia mínima?
Los últimos meses no han sido dulces para el postulante derechista…y los últimos años tampoco. No cabe duda que la “memoria” es asunto que al abanderado de la Alianza le debe saber muy mal, y me refiero no a su memoria, sino a la de otros, la de aquellos que se atreven a desempolvarla y sacar a relucir antiguos –pero significativos- trapitos malolientes empapados de humedad e inquina.
Una vieja y nunca desmentida historia explicaría por qué gran parte del empresariado nacional no confía plenamente en el actual candidato derechista. Soy conciente de no aportar nada nuevo con las siguientes líneas referidas al “caso Claro”, ya que ha sido publicado y republicado decenas de veces en los últimos diez años, pero me parece que de todas maneras resulta ilustrativo de la conducta “social y empresarial pública” de don Sebas.
RICARDO CLARO VS. SEBASTIÁN PIÑERA POR EL DINERO PLÁSTICO
Quienes conocieron el asunto de muy cerca lo califican de “traición”. Otros hablan de “avivada”, y muchos opinan que simplemente el asunto demostró cuán piraña es Piñera cuando se trata de dinero y poder. Así de simple, sin aditamentos civilizados.
La historia comenzó en plena dictadura. José “Pepe” Piñera era el flamante Ministro del Trabajo y Previsión Social nombrado por el tirano (1978-1980), y desde ese cargo creó, impulsó e impuso la privatización del sistema de pensiones de Chile (el Sistema de Fondos y Pensiones, conocido como AFP), y fue también autor de la Reforma Laboral (“Plan laboral”) que flexibilizó ese mercado a grados que son inconcebibles en cualquier nación medianamente democrática y civilizada. Al año siguiente (1982) “Pepe” Piñera realizó la Reforma Minera que reestableció el derecho de propiedad en ese sector vital de la economía chilena, borrando de una plumada el acuerdo del Congreso Nacional y del Presidente Allende en cuanto a mantener los minerales bajo la propiedad del estado, refrendado por la histórica ley que nacionalizó el cobre el año 1971.
Se entenderá entonces que con estos “avances” el empresariado estaba próximo, en el año 1981-82, a levantarle una estatua a don José Piñera, lo que explica el encendido amor comercial que despertó el hermanito de Pepe (Sebastián) en algunos empresarios, como ocurrió con Ricardo Claro, en aquellos tiempos dueño de Cristalerías Chile, socio principal de la Compañía Sudamericana de Vapores y, por cierto, pinochetista a todo dar, con una historia más que turbia por haber promovido la captura de algunos dirigentes del sindicato de Cristalerías Chile para que la DINA los moliese a golpes, amén de haber facilitado a la Armada -dirigida por José Toribio Merino- el rápido y fácil requisamiento de dos embarcaciones de la Cía. Sudamericana (las motonaves ‘Maipo’ y ‘Lebu’) a objeto de ser utilizadas como “centros flotantes de detención y torturas”.
‘Tatán’ fue contratado por Ricardo Claro, quien sufragó los gastos necesarios para que el joven economista viajara a Estados Unidos y en el país del norte “le echara un ojo” al negocio de las nacientes tarjetas de crédito. La idea y objetivo de Claro era copiar el sistema y adueñarse del mismo en Chile. No obstante, Sebastiancito regresó al país informando que las tarjetas de crédito, o dinero plástico, no representaban un buen negocio, por lo que Ricardo Claro, confiando ciegamente en el hermano del “gran” ministro José Piñera, declinó seguir tramitando negociaciones para insertar en Chile el asunto de las tarjetas.
Pero ‘Tatán’ ya había aquilatado lo suficiente ese tema y contaba con datos duros de real valía. Era consciente de cuán fácil y dulcemente rentable podía ser el negocito del dinero plástico en Chile. Lo importante entonces era tomarlo en sus manos y no permitir que otros tiburones –como Claro- accedieran a él. En el país del norte, Sebastián Piñera se enteró que la prensa llamaba al dinero plástico “licencia para robar”, y que entre las industrias estadounidenses ninguna tenía más alto lucro que la de las tarjetas de crédito.
Ni corto ni perezoso, renunció a las empresas de Ricardo Claro y se adueñó del mercado de las tarjetas en nuestro país (Bancard y Fincard). El resto de la historia es conocido. El propietario de Mega y Cristalerías Chile –fallecido hace algunos meses- declaró “persona non grata y no confiable” a Sebastián Piñera y a su grupo, con lo cual le hizo la cruz a esa familia frente al resto del empresariado nacional, facilitando de tal laya el apoyo de muchos financistas e industriales de adentro y fuera del país a la Concertación, y muy especialmente a Ricardo Lagos Escobar durante el mandato presidencial de quien el empresariado opinó que fue el mejor gobernante chileno de los últimos cien años.
Más tarde, sin ambages ni remilgos, Ricardo Claro apoyó decididamente la candidatura de Michelle Bachelet cuando ella enfrentó a su “enemigo público”, Piñera Echenique, en la segunda vuelta presidencial el 15 de enero del 2006. En aquel día Bachelet obtuvo un 53,5% del total de los votos contra un 46,5% de Sebastián Piñera. A partir de ese momento, los ex pinochetistas, la UDI y los moradores de Casa Piedra quedaron oficialmente avisados de que los grandes empresarios, los tipos de la derecha dura tanto económica como financiera, jamás apoyarían a Tatán Piñera.
La historia comenzó en plena dictadura. José “Pepe” Piñera era el flamante Ministro del Trabajo y Previsión Social nombrado por el tirano (1978-1980), y desde ese cargo creó, impulsó e impuso la privatización del sistema de pensiones de Chile (el Sistema de Fondos y Pensiones, conocido como AFP), y fue también autor de la Reforma Laboral (“Plan laboral”) que flexibilizó ese mercado a grados que son inconcebibles en cualquier nación medianamente democrática y civilizada. Al año siguiente (1982) “Pepe” Piñera realizó la Reforma Minera que reestableció el derecho de propiedad en ese sector vital de la economía chilena, borrando de una plumada el acuerdo del Congreso Nacional y del Presidente Allende en cuanto a mantener los minerales bajo la propiedad del estado, refrendado por la histórica ley que nacionalizó el cobre el año 1971.
Se entenderá entonces que con estos “avances” el empresariado estaba próximo, en el año 1981-82, a levantarle una estatua a don José Piñera, lo que explica el encendido amor comercial que despertó el hermanito de Pepe (Sebastián) en algunos empresarios, como ocurrió con Ricardo Claro, en aquellos tiempos dueño de Cristalerías Chile, socio principal de la Compañía Sudamericana de Vapores y, por cierto, pinochetista a todo dar, con una historia más que turbia por haber promovido la captura de algunos dirigentes del sindicato de Cristalerías Chile para que la DINA los moliese a golpes, amén de haber facilitado a la Armada -dirigida por José Toribio Merino- el rápido y fácil requisamiento de dos embarcaciones de la Cía. Sudamericana (las motonaves ‘Maipo’ y ‘Lebu’) a objeto de ser utilizadas como “centros flotantes de detención y torturas”.
‘Tatán’ fue contratado por Ricardo Claro, quien sufragó los gastos necesarios para que el joven economista viajara a Estados Unidos y en el país del norte “le echara un ojo” al negocio de las nacientes tarjetas de crédito. La idea y objetivo de Claro era copiar el sistema y adueñarse del mismo en Chile. No obstante, Sebastiancito regresó al país informando que las tarjetas de crédito, o dinero plástico, no representaban un buen negocio, por lo que Ricardo Claro, confiando ciegamente en el hermano del “gran” ministro José Piñera, declinó seguir tramitando negociaciones para insertar en Chile el asunto de las tarjetas.
Pero ‘Tatán’ ya había aquilatado lo suficiente ese tema y contaba con datos duros de real valía. Era consciente de cuán fácil y dulcemente rentable podía ser el negocito del dinero plástico en Chile. Lo importante entonces era tomarlo en sus manos y no permitir que otros tiburones –como Claro- accedieran a él. En el país del norte, Sebastián Piñera se enteró que la prensa llamaba al dinero plástico “licencia para robar”, y que entre las industrias estadounidenses ninguna tenía más alto lucro que la de las tarjetas de crédito.
Ni corto ni perezoso, renunció a las empresas de Ricardo Claro y se adueñó del mercado de las tarjetas en nuestro país (Bancard y Fincard). El resto de la historia es conocido. El propietario de Mega y Cristalerías Chile –fallecido hace algunos meses- declaró “persona non grata y no confiable” a Sebastián Piñera y a su grupo, con lo cual le hizo la cruz a esa familia frente al resto del empresariado nacional, facilitando de tal laya el apoyo de muchos financistas e industriales de adentro y fuera del país a la Concertación, y muy especialmente a Ricardo Lagos Escobar durante el mandato presidencial de quien el empresariado opinó que fue el mejor gobernante chileno de los últimos cien años.
Más tarde, sin ambages ni remilgos, Ricardo Claro apoyó decididamente la candidatura de Michelle Bachelet cuando ella enfrentó a su “enemigo público”, Piñera Echenique, en la segunda vuelta presidencial el 15 de enero del 2006. En aquel día Bachelet obtuvo un 53,5% del total de los votos contra un 46,5% de Sebastián Piñera. A partir de ese momento, los ex pinochetistas, la UDI y los moradores de Casa Piedra quedaron oficialmente avisados de que los grandes empresarios, los tipos de la derecha dura tanto económica como financiera, jamás apoyarían a Tatán Piñera.
POLÍTICO QUE HUYE NUNCA MUERE
¿Sabía usted que allá por el año 1982 Sebastián Piñera huyó de su casa, de sus empresas y de la justicia, refugiándose en ignotos lugares para evadir el martillo del juez? El escritor chileno Antonio Gil nos entrega un documentado relato de este caso, el cual se relaciona directamente con la fraudulenta quiebra del Banco de Talca, donde Piñera –nada nuevo ya- tenía relevante participación.
“”En el Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, por requerimiento del Fisco chileno, se alojó la causa rol Nº 99.971 de 1982. En ella el Fisco interpone una clara y bien informada demanda en contra del ciudadano chileno Miguel Sebastián Piñera Echenique, junto a otros ejecutivos del Banco de Talca (Q.E.P.D) por los delitos de defraudación (esto es un eufemismo de estafa) infracción a la Ley de Bancos y otros cargos altamente dañosos en contra de aquella institución financiera, de la cual Sebastián Piñera a la sazón era nada menos que su gerente general.
“”Según consta en los escritos, los demandantes relatan que Sebastián Piñera Echenique y sus cómplices, habrían creado una empresa de asesorías "externa" la que prestaba servicios al mismísimo Banco que el actual presidenciable gerenteaba por esos días, y al que, según la querella entablada por el Fisco, habían sangrado sistemáticamente, mes a mes y día a día, con cobros millonarios en concepto de "asesorías" hasta llevarlo, por ese extenuante camino, a una calamitosa quiebra. Encargados reos por estafa, los acusados apelan.
“”Con fecha 9 de septiembre de 1982, roles 428 - 82 y 430 - 82, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazaba de plano y categóricamente los recursos de amparo presentados por Sebastián Piñera y sus socios, y confirma las encargatorias de reo.
Los acusados recurrieron finalmente a la Corte Suprema, a ese mismo Tribunal de Alzada que había rechazado uno a uno todos los recursos de amparo interpuestos durante una década por los familiares de detenidos desaparecidos. Pero, como esta vez se trataba de “gente decente y derechista”, la Corte Suprema acogió la petición de Piñera y sus asesores.
Durante esos meses de tramitaciones judiciales en que los abogados sacan a relucir sus mejores armas de deshonestidad pública, Piñera Echenique desapareció misteriosamente y dejó que su tío, el entonces Obispo Bernardino Piñera, pusiera en juego sus inigualables oficios en orden a conseguir que el establishment de la época decidiera no castigar con cárcel al “mejor de los retoños de la familia”.
Fue la primera “huida” del actual candidato presidencial derechista, pues durante 24 días se constituyó en ‘prófugo de la justicia’, para reaparecer sólo cuando la Corte Suprema falló finalmente a su favor. Vendrían otras escapatorias, todas relacionadas siempre con dinero, finanzas, juegos de la bolsa y acarreos de plata dulce para el mismo bolsillo.
Años más tarde, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica sería quien multara fuertemente a la empresa de aeronavegación comercial LAN por contravenir leyes del país del norte, y don Sebas tuvo que abandonar EEUU con la cola entre las piernas sin chistar ni llamar a la prensa para entregar sus explicaciones por los ilícitos de la empresa donde él mandaba (y manda aún).
El año 2007 fue acusado -y multado- por la Superintendencia de Seguros y Valores (SVS) de haber comprado 30 millones de dólares en acciones de LAN Chile horas después de haber participado en una sesión de Directorio en la que se entregó la FECU de la empresa, que constituye información privilegiada. Piñera tenía la posibilidad de apelar de esa resolución ante los tribunales de justicia, pero no lo hizo, y pagó la multa que ascendía a los 363 millones de pesos. El otro acusado, Ignacio Cueto Sierra, apeló de la multa, perdiendo la causa en enero de 2009, pues el tribunal acogió la postura de la SVS.
Otra huída que más pareció ser ‘patinada feroz’ fue su promesa a los chilenos que viven en el extranjero, ya que comprometió su esfuerzo y acción para que el conjunto de la derecha política votara favorablemente en el Congreso la ley respectiva. Un fiasco. Una frescura demagoga y una nueva “arrancada”. Sus colegas derechistas se hicieron los sordos, borraron con una pluma de ganso la promesa y el empresario financista de la eterna sonrisa que ante la prensa y la TV camina siempre con su chaqueta al hombro tuvo que hacerse el loco.
Este año 2009 se vio involucrado en el escándalo por la colusión de precios de las cadenas de farmacias, al hacerse público que era accionista de Farmacias Ahumada (FASA), por lo que recibió duras críticas de parte del gobierno y de la opinión pública. Piñera declaró –respecto de las acciones- que no sabía que las tenía, y que cuando tuviera la oportunidad cortaría toda relación con la empresa, lo que hizo el 6 de abril al vender su participación por 1.400 millones de pesos (2,4 millones de dólares). De sus propios labios el país escuchó la frase “saldré arrancando de FASA”.
No sólo de FASA hubo de salir rápidamente, sino también del velatorio de una humilde muchacha asesinada en un bus del Transantiago, ya que algún pariente de la chiquilla lo acusó de intentar hacer política con el dolor ajeno.
Días más tarde, quien “arrancaría” de su comando sería Pablo Longueira, lo cual indica, en una u otra medida, que la UDI aún no está plenamente convencida del posible liderazgo que Piñera muestra en estos meses de campaña verdadera, ahora que ya no corre solo sino que debe enfrentar adversarios como Frei Ruiz-Tagle, Arrate, Artés, Navarro y otros.
Dicen sus seguidores que el hermano “brillante”, José Pepe Piñera, ha venido en apoyo de Sebastián. Por cierto hay un objetivo concreto tras tal ayuda, pues si Sebastián llegase a La Moneda no hay muchas dudas respecto a que su hermano José, ex ministro de la dictadura, pondría en inmediata ejecución las ideas que expuso en el último seminario realizado en Casa Piedra por BICE Inversiones: "Una mirada clara, una visión de futuro".
Allí, hace pocos días, José Piñera afirmó: "Sigo creyendo fuertemente en las posibilidades de Chile". Había decidido que no fuera una reaparición cualquiera y por eso durante su exposición delineó una nueva reforma laboral, cuyo punto central fue una propuesta que los empresarios aplaudieron, pero que es rechazada de plano por el oficialismo y los trabajadores: eliminar el sistema de indemnizaciones por años de servicio. Su planteamiento apuntaba a fomentar la creación de empleos, reemplazando el esquema de indemnizaciones por un seguro de cesantía fortalecido.
"El esquema de las indemnizaciones significa un enorme obstáculo para la creación de empleo, especialmente, para la pequeña y mediana empresa", sostuvo el economista, criticando el actual sistema.
No fue la única de sus propuestas. Planteó también suprimir el Estatuto Docente y licitar las escuelas municipales para que pasen a manos de los empresarios; y, además, privatizar como mínimo un 30% de las empresas estatales (Codelco entre ellas).
Esta vez Sebastián no logrará “arrancar” de las proposiciones ultramontanas de su hermano, ya que ellas representan su propio ideario bolichero-gubernativo. Es que como en el cuento del alacrán, el pato y el río, Piñera no luchará jamás contra su propia naturaleza. Aunque políticamente fallezca por su porfía comercial y su estrabismo ideológico, él seguirá pensando que ambas –política y empresas- pueden convivir manoseándose los glúteos y tocándose las partes pudendas…pero siempre detrás de la puerta, a escondidas y con luz apagada.
“”En el Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, por requerimiento del Fisco chileno, se alojó la causa rol Nº 99.971 de 1982. En ella el Fisco interpone una clara y bien informada demanda en contra del ciudadano chileno Miguel Sebastián Piñera Echenique, junto a otros ejecutivos del Banco de Talca (Q.E.P.D) por los delitos de defraudación (esto es un eufemismo de estafa) infracción a la Ley de Bancos y otros cargos altamente dañosos en contra de aquella institución financiera, de la cual Sebastián Piñera a la sazón era nada menos que su gerente general.
“”Según consta en los escritos, los demandantes relatan que Sebastián Piñera Echenique y sus cómplices, habrían creado una empresa de asesorías "externa" la que prestaba servicios al mismísimo Banco que el actual presidenciable gerenteaba por esos días, y al que, según la querella entablada por el Fisco, habían sangrado sistemáticamente, mes a mes y día a día, con cobros millonarios en concepto de "asesorías" hasta llevarlo, por ese extenuante camino, a una calamitosa quiebra. Encargados reos por estafa, los acusados apelan.
“”Con fecha 9 de septiembre de 1982, roles 428 - 82 y 430 - 82, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazaba de plano y categóricamente los recursos de amparo presentados por Sebastián Piñera y sus socios, y confirma las encargatorias de reo.
Los acusados recurrieron finalmente a la Corte Suprema, a ese mismo Tribunal de Alzada que había rechazado uno a uno todos los recursos de amparo interpuestos durante una década por los familiares de detenidos desaparecidos. Pero, como esta vez se trataba de “gente decente y derechista”, la Corte Suprema acogió la petición de Piñera y sus asesores.
Durante esos meses de tramitaciones judiciales en que los abogados sacan a relucir sus mejores armas de deshonestidad pública, Piñera Echenique desapareció misteriosamente y dejó que su tío, el entonces Obispo Bernardino Piñera, pusiera en juego sus inigualables oficios en orden a conseguir que el establishment de la época decidiera no castigar con cárcel al “mejor de los retoños de la familia”.
Fue la primera “huida” del actual candidato presidencial derechista, pues durante 24 días se constituyó en ‘prófugo de la justicia’, para reaparecer sólo cuando la Corte Suprema falló finalmente a su favor. Vendrían otras escapatorias, todas relacionadas siempre con dinero, finanzas, juegos de la bolsa y acarreos de plata dulce para el mismo bolsillo.
Años más tarde, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica sería quien multara fuertemente a la empresa de aeronavegación comercial LAN por contravenir leyes del país del norte, y don Sebas tuvo que abandonar EEUU con la cola entre las piernas sin chistar ni llamar a la prensa para entregar sus explicaciones por los ilícitos de la empresa donde él mandaba (y manda aún).
El año 2007 fue acusado -y multado- por la Superintendencia de Seguros y Valores (SVS) de haber comprado 30 millones de dólares en acciones de LAN Chile horas después de haber participado en una sesión de Directorio en la que se entregó la FECU de la empresa, que constituye información privilegiada. Piñera tenía la posibilidad de apelar de esa resolución ante los tribunales de justicia, pero no lo hizo, y pagó la multa que ascendía a los 363 millones de pesos. El otro acusado, Ignacio Cueto Sierra, apeló de la multa, perdiendo la causa en enero de 2009, pues el tribunal acogió la postura de la SVS.
Otra huída que más pareció ser ‘patinada feroz’ fue su promesa a los chilenos que viven en el extranjero, ya que comprometió su esfuerzo y acción para que el conjunto de la derecha política votara favorablemente en el Congreso la ley respectiva. Un fiasco. Una frescura demagoga y una nueva “arrancada”. Sus colegas derechistas se hicieron los sordos, borraron con una pluma de ganso la promesa y el empresario financista de la eterna sonrisa que ante la prensa y la TV camina siempre con su chaqueta al hombro tuvo que hacerse el loco.
Este año 2009 se vio involucrado en el escándalo por la colusión de precios de las cadenas de farmacias, al hacerse público que era accionista de Farmacias Ahumada (FASA), por lo que recibió duras críticas de parte del gobierno y de la opinión pública. Piñera declaró –respecto de las acciones- que no sabía que las tenía, y que cuando tuviera la oportunidad cortaría toda relación con la empresa, lo que hizo el 6 de abril al vender su participación por 1.400 millones de pesos (2,4 millones de dólares). De sus propios labios el país escuchó la frase “saldré arrancando de FASA”.
No sólo de FASA hubo de salir rápidamente, sino también del velatorio de una humilde muchacha asesinada en un bus del Transantiago, ya que algún pariente de la chiquilla lo acusó de intentar hacer política con el dolor ajeno.
Días más tarde, quien “arrancaría” de su comando sería Pablo Longueira, lo cual indica, en una u otra medida, que la UDI aún no está plenamente convencida del posible liderazgo que Piñera muestra en estos meses de campaña verdadera, ahora que ya no corre solo sino que debe enfrentar adversarios como Frei Ruiz-Tagle, Arrate, Artés, Navarro y otros.
Dicen sus seguidores que el hermano “brillante”, José Pepe Piñera, ha venido en apoyo de Sebastián. Por cierto hay un objetivo concreto tras tal ayuda, pues si Sebastián llegase a La Moneda no hay muchas dudas respecto a que su hermano José, ex ministro de la dictadura, pondría en inmediata ejecución las ideas que expuso en el último seminario realizado en Casa Piedra por BICE Inversiones: "Una mirada clara, una visión de futuro".
Allí, hace pocos días, José Piñera afirmó: "Sigo creyendo fuertemente en las posibilidades de Chile". Había decidido que no fuera una reaparición cualquiera y por eso durante su exposición delineó una nueva reforma laboral, cuyo punto central fue una propuesta que los empresarios aplaudieron, pero que es rechazada de plano por el oficialismo y los trabajadores: eliminar el sistema de indemnizaciones por años de servicio. Su planteamiento apuntaba a fomentar la creación de empleos, reemplazando el esquema de indemnizaciones por un seguro de cesantía fortalecido.
"El esquema de las indemnizaciones significa un enorme obstáculo para la creación de empleo, especialmente, para la pequeña y mediana empresa", sostuvo el economista, criticando el actual sistema.
No fue la única de sus propuestas. Planteó también suprimir el Estatuto Docente y licitar las escuelas municipales para que pasen a manos de los empresarios; y, además, privatizar como mínimo un 30% de las empresas estatales (Codelco entre ellas).
Esta vez Sebastián no logrará “arrancar” de las proposiciones ultramontanas de su hermano, ya que ellas representan su propio ideario bolichero-gubernativo. Es que como en el cuento del alacrán, el pato y el río, Piñera no luchará jamás contra su propia naturaleza. Aunque políticamente fallezca por su porfía comercial y su estrabismo ideológico, él seguirá pensando que ambas –política y empresas- pueden convivir manoseándose los glúteos y tocándose las partes pudendas…pero siempre detrás de la puerta, a escondidas y con luz apagada.
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