lunes, 27 de julio de 2009

chiloe, ultimo reducto español en America


Por: Carlos Oyarzún CárdenasCronista e investigador chilote.

Cuando hablamos de que el archipiélago de Chiloé, fue el últimoreducto español en América, estamos aludiendo al último territorio quese mantuvo fiel a la Corona española, durante el períodoindependentista en los países americanos. Todo comenzó a gestarse a principios del siglo XIX, cuando lainvasión napoleónica dejó desmembrado el imperio español y lascolonias americanas como Argentina y Chile, aprovecharon la coyunturapara independizarse de la metrópoli. Chiloé que dependía directamente del virreinato del Perú, semantuvo fiel a sus principios históricos, armando un ejército propioque combatió a los independientes en numerosas batallas en Chile y elextranjero. Como es sabido todo este sacrificio terminó en las batallas dePudeto y Bellavista el 26 y 27 de Diciembre de 1826, (después habersujetado 4 intentos de invasión), y un año después que los generalesespañoles, Canterac, La Serna y Valdez, se rindieran ante Miller enAyacucho en el Perú el 9 de Diciembre de 1924.Al parecer Miller nuncapudo olvidar la derrota sufrida ante los chilotes en Agui, Ancud en1820, donde fue tomado prisionero gravemente herido. Entre las condiciones de rendición en el Perú, tanto Sucre comoBolívar, incluyeron entre las condiciones de rendición que a losbatallones chilotes que no se le permitiera regresar jamás a suterritorio, considerando que eran un peligro potencial para sus planesya que Bolívar pretendía anexar Chiloé y el archipiélago de JuanFernández al Perú, pero como no hay mal que dure 100 años, ya se sabelo que le pasó tanto a Sucre, Bolívar y San Martín, todos miembros dela Logia Lautarina. Sucre terminó asesinado el 4 de junio de 1830.Bolívar, falleció tuberculoso el 17 de Diciembre de ese mismo año ySan Martín fue relegado por monárquico Francia en 1822, donde fallecióciego el 17 de agosto de 1850. Si consideramos la eficacia de las tropas chilotas en los camposde batalla de Chile y el extranjero, aunque parezca exageradopodríamos compararlo con el pueblo espartano, quien encerrados en supropio territorio hicieron del militarismo y la milicia un medio deviva para su sobrevivencia como pueblo. En Chiloé comenzó a gestarse el militarismo, desde el momentomismo de la conquista española, formándose la milicia entre losdiversos pueblos para defenderse, tanto de indígenas por naturalezatraicioneros o por las excursiones de corsarios y piratas, quegeneralmente tenían de estos sus aliados. Por tanto la milicia de la provincia nunca bajaba de 2500 a 3000hombres, un militarismo inconcebible en comparación al resto del país.“Era una militarización tres veces y media mas avanzada que elContinente y estaba formada por los residentes de los diversos pueblosde los diversos partidos del archipiélago quienes se alistan en lascompañías de su clase, desde que tienen edad para portar armas a fin aque concurran a la defensa interior o exterior de su patria”. (Informede don Manuel Pineda, sobre tropas y milicias en Chiloé. Lima 31 deDiciembre de 1784.A.G.I.). Considerando lo anterior, no es ninguna novedad la valentía yempuje del soldado chilote, formados en la escuela del rigor y de loscuales los generales españoles y extranjeros hacían los mejoreselogios, siendo tildados como los mejores soldados de América. No eramenos si consideramos las campañas realizadas en Chile que comenzaroncon la llegada del Almirante Pareja a Chiloé hasta la batalla deRancagua, donde destrozaron a los independientes y finalmente enChacabuco y Maipú, donde fueron sobrepasados por el ejércitochileno-argentino, por lo cual los batallones sobrevivientes seembarcaron para el Perú. En efecto, ya en 1817 encontramos a los batallones chilotescombatiendo bajo la bandera real en el Alto Perú, avanzandovictoriosamente hasta Salta y Jujuy, venciendo a las fuerzasargentinas, por lo que el Virrey La Serna solicitaría a suscomandantes treinta soldados chilotes escogidos para su guardiapersonal. Su fama lo ratificarían en Ayacucho, donde el batallón devoluntarios de Castro, actuaría heroicamente, junto con el Imperial yel Cantabria, bajo el mando del célebre general Jerónimo Valdés. Si Consideramos las diferentes batallas dadas tanto en laArgentina, Perú y Chile, al mando de los generales españoles, veremosla eficacia de las tropas chilotas en combate, por lo que hasta losgenerales patriotas, entre ellos Beauchet, diría de ellos que eran“muy buenos soldados y que jamás rey tuvo más fieles vasallos enAmérica”. Si en Ayacucho fueron obligados a no volver a tomar las armaspor temor a enfrentarlos de nuevo en batalla, no obstante en lacapitulación de Chiloé en 1826, entre Freire y Quintanilla fuehonrosa, redactándose uno de los pactos mas justos y dignos quecontempla la historia americana. Allí se dio todas las garantías alpueblo chilote, mientras en el artículo 5 se estipulaba que los jefesy oficiales que quisieran salir del archipiélago podían hacerlo en elplazo de dos meses, “pudiendo conservar el uso de sus uniformes,espadas y sirvientes” y que “todas las dudas que ocurran sobre lainteligencia del presente tratado, serán interpretados a favor delejército real”. Todos estos buenos oficios fueron olvidados por las nuevasadministraciones y Chiloé fue destinado a ser el patio trasero de larepública donde se destinó a los malos funcionarios y relegó a losopositores políticos de 1830 a 1859. Se llegó al caso que en las escuelas isleñas se comenzó aenseñarse la historia de Chiloé a la manera del nuevo régimen,tratando de borrar su memoria histórica, pero los chilotes se negarona transformarse en fantasmas y se aferraron a lo único que no podíanquitarles, el recuerdo de su fidelidad al rey, prenda de honortrasmitida por generaciones y que les permitía sobrevivir yreconocerse como pueblo. Esta fidelidad al rey se manifiesta en diversas manifestacioneshabidas en la provincia y el deseo de que hubiese un cambio degobierno, fraguándose conspiraciones como la ocurrida en 1864, dondeun tal Cosme Damian Antil, pretendía levantar a los naturales con elexpreso objetivo de recuperar el archipiélago para el rey. Ese mismoaño, en la prensa del 17 de Septiembre de 1864, se manifestaba en laeditorial de un diario de la capital “que la gran mayoría de lapoblación de Chiloé era adicta al gobierno real, y cuyas tradicioneshalagüeñas se han conservado allí con tan viveza, y tal vez faltaríala llegada de un emisario de su majestad católica para que sepronunciara sin vacilación por la anexión a España”. Este espíritumonárquico en Chiloé, se mantuvo vivo en los años posteriores, talcual lo decía un cronista nacido en Ancud en 1868, y publicado en undiario de la capital “que por espíritu de raza, sólo reconoce algobierno colonial como el único legítimo y tradicional”. Al celebrarse el centenario de la incorporación de Chiloé alarchipiélago, en año 1926 se levanta en Ancud un monumento al Generaldon Antonio de Quintanilla y Santiago, desgraciadamente el únicomonumento elegido a la memoria de un héroe que luchó por el pueblochilote. Desde ese año comenzaron a realizarse Misas de Acción deGracias en las iglesias de Chiloé por el alma de Fernando VII, lo quese ha sido una tradición en Ancud hasta la fecha. Sin embargo, algunoschilotes parecen haber olvidado sus origen español y todos los años sesigue recordando “la gesta de la Incorporación de Chiloé a laRepública”, como si este hubiese sido un triunfo de los isleños y nola perdida de su autonomía como región independiente como rezaba en susello real y administrativo, REPUBLICA DE CHILOE. Desde entoncescomienzan a colocarse nombres de soldados patriotas a calles yavenidas, mientras los héroes chilotes, nuestros ancestros, duerme enel olvido. A pesar de esta integración, “por la fuerza”, los chilotessiguen sus tradiciones marineras y de 1843 comienzan a colonizar todoel sur de Chile hasta la Patagonia, entregando un basto territorio ala República, que con el correr de los años fueron entregados aretazos a los argentinos, sin tomar en cuenta el valor estratégico deestos territorios cortando el paso hacia el Atlántico Sur, inútilesfuerzo de cientos de chilotes que sin embargo quedó plasmado en lafundación de diversas ciudades de ese litoral. La postergación de la Isla Grande de Chiloé ,siguiómanifestándose en pleno siglo XX y principios del XXI donde losgobiernos de Freí primero y luego de Lagos prometen un puente para elCanal de Chacao, para unir a Chiloé con el Continente, pero comosiempre esto queda mas que en simples promesas, dándose con esto unnuevo un golpe de gracia a 160.000 mil chilotes esperanzados,aludiendo el mes de agosto del 2006 “ que el Estado de Chile no estáen condición de pagar el puente que cuesta 605 millones de dólares” yque luego sube a 930. Increíble desfachatez, cuando en la ciudadcapital se invierten millones de dólares en diferentes proyectos deinfraestructura vial. Entonces Chiloé se revoluciona recordándose desus orígenes y se pide autonomía política y administrativa la que sinduda llegará con el tiempo. Por ahora sigamos en la senda histórica que nos legaron nuestrosabuelos y celebremos nuestras efemérides, como lo hizo la Comuna deDalcahue el 2 de Abril pasado al recordarse los 183 años de la batallade Mocopulli. Allí se recordaron a los caídos entonándose la CanciónNacional de España y la Canción Nacional de Chile, “ya que nuestrosantepasados habían dado su vida por el archipiélago” como dijo donArmando Bahamonde Vera, Presidente de la Red Cultural de Chiloé. Compatriotas, recordad nuestros orígenes para que vuestros hijossepan quienes somos y a donde vamos y que el Himno de Chiloé seanuestra inspiración para construir una región autónoma en los años porvenir, ligados a Chile por un solo destino.

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